Ya terminó la hegemonía del sexo masculino como líder en el mundo de los deportes. Pero no por la supremacía de la raza femenina, eso nos sucedió hace añares y no sería noticia, un nuevo género se encuentra en la cresta de la ola en el mundo del atletismo: los/las hermafroditas.
La campeona sudafricana de 800 metros, Semenya, está siendo sujeto de distintas pruebas para averiguar su sexo, dado la desconfianza de que sea un hombre corriendo en la categoría femenina. En medios de prensa australianos se asegura a través de fuentes anónimas que este/esta atleta tiene testículos internos, le faltan ovarios y que tiene un nivel de testosterona excesivamente alto.
Luego de estos estudios es que se afirma que Semenya no pertenece al sexo masculino, sino al hermafroditismo. Las autoridades del atletismo le sugirieron que se realice una cirugía porque esta situación le podría producir inconvenientes en su futuro. Aún no se sabe si le retirarán la medalla de oro que esta/este atleta obtuvo.
Obviamente esto no es un hecho aislado, esta es la base donde el género hermafrodita empezará a escalar posiciones en la pirámide social. Semenya y su medalla de oro se compara con el primer negro que fue a una universidad, con la primera mujer que salió a trabajar, con el primer homosexual que salió por las calles de la mano con su pareja.
Cuando dentro de cien años se estudie la historia del éxito del hermafroditismo, se remitirán a este hecho como la causa inicial, como el primer desencadenante del triunfo de los hermafroditas. Tal como nos acordamos del Tratado de Versailles como la principal causa de la Segunda Guerra Mundial, recordaremos a Semenya como un ícono en la historia de su género.
Entradas
No hay comentarios:
Publicar un comentario